El almirante Hugo, con su barquito Sotreta surca los ríos turbulentos de nuestra patria, le hacemos de grumetes, poniendo hierbas non santas, alcohol, empanadas de camarones, salames tandilenses, y en su puerto privado de Saavedra es fácil verlo con su catalejos y su plasystation organizando partidos de furtbol pixelado.
Tiene alma de navegante.
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